El origen del caso Montserrat González de la Rubia Saavedra

Montserrat González de la Rubia, nacida en Extremadura el 23 de Agosto de 1962, ha pasado casi toda su vida en Tarragona. Dedicada a cuidar ancianos y con una extensa librería en casa, llegó al interior del mundo literario a raíz de ver en las redes sociales a un poeta argentino que escribe bajo el pseudónimo de "Tinta de Sangre", que capta inmediatamente su atención y con el que se obsesiona. Con muchas ganas de ver al autor publicado, y pese a su total desconocimiento del mundo de la edición, se propone, con el previo consentimiento del autor, buscar un editor que apueste por él. La suerte del principiante la lleva a contactar, bajo la falsa identidad de Ägata López López, con un editor, D. José Antonio Alías, cuya línea editorial se centra precisamente en autores nóveles y en Octubre de 2014, Tinta de Sangre publica, de la mano del sello editorial "Planeta Alvi", su primer libro: "El amor del que todos hablan".

El Editor le ofrece actuar como representante del poeta, pero Montserrat rechaza la posibilidad, seguramente por haberse presentado bajo una identidad falsa, por lo que nunca ejerció ese papel.

Un año después, el poeta asiste como autor invitado a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, en México, para hacer la presentación de su primer libro, y lo hace contando con apoyos tan importantes a nivel profesional como a nivel personal, pues recientemente había formalizado su relación sentimental con su actual pareja y compañera Marcela Brica, profesora de Lengua y Cultura Latinas y licenciada en letras por la Universidad Católica de Córdoba, en Argentina.

Al parecer, Montserrat González de la Rubia se había enamorado platónicamente del poeta y los celos la llevan a inmiscuirse en la relación sentimental de la pareja, reclamando un reconocimiento que hasta entonces había rehusado. Ante tantos problemas, el poeta decide cortar cualquier relación con Montserrat y ésta inicia una cruzada para tratar de hundir su carrera literaria.

Contacta con familiares y amigos del poeta, a quienes localiza por Facebook, para tratar de recabar sus apoyos y ponerlos en su contra. Igual trata de hacer con D. José Antonio Alías, editor de "Tinta de Sangre", quien no accede a tomar parte, argumentando además la cantidad de trabajo y dinero invertidos en la promoción del poeta y que iban precisamente en la dirección opuesta de sus pretensiones. Montserrat González de la Rubia amenaza entonces con hundir también a la editorial, pero el editor trata entonces de reconducir el problema dándole "una de cal y otra de arena" hasta que "las aguas volvieran a su cauce". Poco después intenta entrar en política y en Mayo de 2015 concurre, en el puesto 18 de las listas de un nuevo partido político local surgido en Salou, "Avuí Democracia", a las elecciones municipales celebradas en España pero, con tan solo 81 votos, el partido no obtiene los apoyos suficientes y queda fuera de la representación del Consistorio de la mencionada población con 0 concejales. Meses más tarde, en Septiembre de 2015, llegaría "Ana", el segundo trabajo de Tinta de Sangre con la marca Planeta Alvi, pero para entonces ya se había peleado con el poeta, a quien había acosado y difamado en las redes sociales, llegando incluso a importunar telefónicamente a miembros de la familia y amigos del poeta. Alentada por su familia, los amigos y con la ayuda de la propia editorial, con la que al final también termina enemistándose, intenta introducirse en el mundo de las agencias literarias, pero su conducta desleal hacia el sello editorial, su escasa formación académica y su latente desconocimiento del mundo editorial la llevan a fracasar en su relación comercial con el editor, que se ve obligado a despedirla.

El motivo de discordia es un nuevo libro "Identidad, o la importancia de ser uno mismo" de José Acevedo, un escritor andaluz que publica bajo el sello editorial de Ediciones Carena, y que ante la pesada insistencia de Montserrat, a quien conoce también en Facebook, accede a publicar el libro con Editorial Planeta Alvi.

La mala suerte y la casualidad intervienen en el lanzamiento del libro. El escritor pide un primer ejemplar a Amazon.es, en España, para su revisión, mientras que la editorial recibe los libros de otro impresor que trabaja para Amazon.com desde Seatle, en Estados Unidos.

Al parecer, el sistema informatico del impresor de España no interpreta correctamente parte del archivo maestro del libro, cuya tripa interior había aportado el escritor, con lo que ese único ejemplar se imprime con algunos defectos como son unos márgenes inadecuados o alguna ilustración incompleta. Montserrat además manifiesta que la imagen de portada debería ocupar la totalidad de la misma. José Antonio Alías le explica que la imagen de portada facilitada por ella solamente tenía una resolución de 96 ppp y que para la portada completa necesita una resolución de al menos 300 ppp. Le explica además que, para expandirla a su tamaño acutal, ha sido necesario pasarla por un programa de "reducción de ruido" para corregir los contornos y la nitidez y que no puede ampliarse más, puesto que la portada saldría pixelada. El editor se ofrece a cambiarla pero necesita que le faciliten un archivo con la resolución requerida y que Montserrat nunca le facilita.

Montserrat "ordena" entonces al editor retirar la obra del mercado, pero este trata de explicarle que se trata de un problema puntual, que el resto de impresores que operan en el resto del mundo no han tenido ese problema y que estas cosas tienen fácil corrección y que de ninguna marera va a tirar por la borda todo el trabajo y la inversión económica que suponen poner un libro en la calle. Montserrat insiste en querer llevar las riendas del asunto desde su absoluta ignorancia y el editor termina diciéndole que el dinero y el trabajo lo ha puesto él, que los riesgos empresariales los corre él con el patrimonio de su familia y que ella solamente se ha limitado a traer al autor y que no tiene ni posición ni derecho a tomar ese tipo de decisiones en la empresa de otro. Entonces, Montserrat se ofrece para sufragar ella los gastos de la publicación y le pide al editor que le gire la correspondiente factura para sacar el libro del mercado. El editor trata de disuadirla y soluciona los problemas con el impresor español en tan solo 48 horas, pero Montserrat insiste argumentando que pagará cuando cobre la paga extra de verano en la clínica geriátrica en la que trabaja y el libro se retira de la venta en pleno lanzamiento.

Llegada la fecha de pago y con la factura vencida, Montserrat argumenta que no iva a pagar por una publicación cuyas condiciones eran de gratuidad hacia el autor. El editor le explica que efectivamente eso es así y que el contrato le da a él un tiempo de dos años para recuperar su inversión mediante la venta de ejemplares, pero que todo esto cambia al no estar el libro a la venta y que fue ella la que insistió en pagar para sufragar las pérdidas que ella misma y su decisión provocaban. El editor le explica además, que puede volver a poner el libro a la venta, muy a pesar de que el momento más dulce de la venta de un libro, que es el lanzamiento, se había desperdiciado por su culpa y que al menos tendría que pagar el IVA, al estar la factura ya vencida, Esta verdad la deja dolida y como es habitual en ella, se niega a pagar, vuelve a amenazar al editor con hundir su empresa y emprende la guerra contra quien la estaba ayudando y formando como agente literaria.

Desde entonces, Montserrat González de la Rubia Saavedra no ha reparado ni en la decencia ni en la ética en su particular cruzada contra el editor, la editorial y cuantos autores de la misma que se hayan negado a ponerse de su parte y en contra de Planeta Alvi.

Ha publicado fotografías con los errores de impresión de aquel único ejemplar defectuoso para hacer creer a todo el mundo que todos los libros del autor se imprimen así y que además se hace como venganza hacia ella. Ha difundido partes sesgadas de conversaciones privadas por whattsapp para dar a entender tergiversaciones de la realidad que perjudicaran al editor y a su derecho al honor. Ha publicado fotos del editor, de su esposa y lo que es peor, de su hija menor con tan solo 3 años de edad, tomadas de sus respectivos perfiles de Facebook, para insultarles, difamarles, calumniarles y extorsionarles en su labor editorial. Ha contado con el apoyo y complicidad de sus hijos y de algunos amigos, todos ellos algo ligeros de moral y de sentido común, quienes también han insultado y difamado al editor. Ha contactado con innumerables autores, localizados desde la página web de la editorial para tratar de convencerles de que abandonaran la editorial, inventando calumnias y mentiras, como que el editor no pagaba royalties por las ventas de libros y que supuestamente se las embolsaba, cuando la realidad es que la venta de libros no es algo homogéneo y que igual que hay libros que venden mucho, otros se venden poco y una buena parte de ellos no se venden nada. Ha contactado con periodistas locales para tratar de convencerlos para que publicaran falsas noticias en contra de la editorial. Por fortuna, esos periodistas han contactado antes con la editorial y han tenido acceso a las pruebas que demostraban que, en todo caso, la noticia iba en dirección contraria y que además, dichas pruebas iban a ser utilizadas jucicialmente. Ha tratado de endosar al editor hechos, supuestamente inmorales, que no ha realizado, como la creación de un grupo en Facebook que lleva su nombre, creado por otra de sus víctimas, D. Siscu García Granado, y que supuestamente sirve para poder defenderse de ella; o también la publicación de pornografía, cuando en realidad se trataba de un anuncio aleatorio de pago de un tercero en Facebook, con la imagen de una pareja que roza el erotismo pero nunca la pornografía, ya que de otro modo, Facebook habría rechazado la propuesta del anunciante.

La larga lista de personas acosadas por esta extorsionadora profesional sigue en aumento, así como los delitos en los que incurre para acosarles, extorsionarles, insultarles y difamarles, por lo que iremos aportando nuevas noticias en función de los acontecimientos. En este punto, solo cabría una pregunta que hacerse ¿de qué libro saliste, Montserrat?

#historia #conflicto