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El editor José Antonio Alías aporta pruebas sobre la deuda impagada por Montserrat González de la Ru


El editor José Antonio Alías ha aportado recientemente una conversación mediante mensajes Sms, en donde Montserrat González de la Rubia reconoce haber insistido en adquirir un compromiso de pago que después no cumplió, ocasionándo gastos adicionales a su acreedor en forma de impuestos sobre una factura que no habría sido necesaria emitir si no hubiera sido por el empecinamiento de esta señora.

La señora Montserrat, que siempre acostumbra a hacerse la víctima tras sus dolosas acciones, se escusa alegando que la publicación del libro "Identidad", del escritor José Acevedo, se publicó en condiciones de gratuidad. El editor le dá la razón en este punto y sostiene que esto es así mientras se respeten las condiciones del contrato, que tenía una duración de 24 meses. Sin embargo, la señora Montserrat insistió en revocar el contrato en pleno lanzamiento de la obra y se comprometió a resarcir de su inversión al editor, ya que de este modo le negaba el tiempo de 24 meses para recuperar su inversión a través de la venta de ejemplares. El editor aclara que, como es lógico, nunca se genera una factura por un trabajo que se presta de forma gratuita, sin embargo, el engaño de Montserrat González de la Rubia para hacerle sacar el libro de la venta, le llevó a emitir una factura por la que ha tenido que pagar IVA, Irpf y la parte proporcional de la seguridad social, que son gastos añadidos y originados por la señora Montserrat y sus caprichosas decisiones. He aquí algunas pruebas de las muchas que componen el sumario de esta compleja causa:

Como viene siendo tristemente habitual y a la vista de otras intervenciones parecidas, la señora Montserrat deja entrever, en forma de sutil amenaza, la intervención de la justicia, supuestamente originada por las continuas denuncias que ella misma anuncia llevar a cabo en las redes sociales y en contra de la editorial, pero que nunca generan la correspondiente e inmediata citación de la otra parte para prestar declaración, como cabría esperar cuando alguien es denunciado.

En relación a este último comentario de la señora Montserrat González de la Rubia Saavedra, el editor, admite haber usado la desafortunada expresión "dale la razón como a los tontos", pero aclara que ello se produjo en una conversación privada de trabajo, por tanto de carácter reservado y como consecuencia de unas especiales circunstancias de presión por parte de esta señora. La señora Montserrat, que simplemente actuaba como colaboradora de la editorial e intermediaria con el autor, se extralimitó queriendo dar órdenes de como hacer las cosas en una empresa en la que ella no arriesgaba ni un céntimo de su patrimonio. De este modo ordenó retirar el libro que ella representaba, de la venta y en pleno lanzamiento, sólo por que se había impreso un único ejemplar, encargado por el autor a Amazón.es, que presentaba algunos defectos y que escapó al control de calidad de la imprenta, que en su caso es una de las muchas empresas subcontratadas habitualmente por los distribuidores para este tipo de trabajos. Evidentemente el editor se negó a retirar la obra y alegó que este tipo de incidencias se arreglan mediante la correspondiente comunicación de la incidencia, con pruebas, ajustes o en su caso la sustitución de formato en el archivo maestro de la obra. Montserrat insistió y alegó que al día siguiente se vería personalmente con el autor. El editor le dijo que se lo explicara del mismo modo que él se lo estaba explicando a ella y que le dijera que se le restituiría el ejemplar defectuoso, pero la señora González de la Rubia insistió en que no sabría que decirle, que el autor estaba muy enfadado y exigía la retirada del libro, a lo que el editor terminó diciendole: "dale la razón como a los tontos para ganar tiempo y solucionar el problema directamente con el impresor". El problema estuvo resuelto en menos de 48 horas y el libro continuó su natural proceso de distribución hasta ser finalmente retirado de la venta. En la actualidad y una vez restituida su venta, sigue formando parte del catálogo de la editorial y las relaciones con el autor son cordiales y satisfactorias.

Poco tiempo después, el editor descubrió, tras la negativa del autor a firmar la revocación del contrato, que quien quiso tomar la decisión arbitraria y de forma unilateral, provocando perjuicios económicos tanto a la editorial como al autor, fue la señora Montserrat González de la Rubia, por lo que decidió poner punto y final a cualquier tipo de relación comercial con esta señora. Desde entonces esta señora se ha dedicado en cuerpo y alma a desprestigiar a la editorial y a boicotear el libro para que no se venda. Así, la Señora Montserrat, muy en su línea habitual, utiliza siempre cualquier información sesgada, incompleta y de forma interesada, retorciéndola y tergiversándola de forma maliciosa para perjudicar a sus víctimas. Prueba de ello es esta publicación, relacionada con este episodio, que incluyó como comentario y complemento a una bajísima puntuación de 1 sobre 5 (no se puede puntuar con un 0), y que otorgó de forma maliciosa en la página de sitio que la Editorial Planeta Alvi mantiene en Facebook:

La fotografía femenina, que se aprecia en la captura anterior, se corresponde con una caraterización del personaje del mundo del cómic "Vampirella" y cuyo nombre, que aparece recortado tras la modelo, completa la imagen original. Este tipo de publicaciones publicitarias también han sido utilizadas por la señora Montserrat de forma alevosa contra el editor, tal y como veremos en el transcurso de esta conversación más adelante:

Aquí, la señora Montserrat González de la Rubia, en un fallido intento de elocuencia, al parecer trata de esgrimir un argumento que se cae por su propio peso. La novela está a la venta y se emitió una factura para liberarla. El editor no dice en ningún momento que esté liberada, puesto que no ha cobrado lo pactado con ella para hacerlo, lo que dice es que emitió una factura con ese fin.

El editor nos aclara que nunca ha ido contando semejante cosa y que mantiene absoluta reserva de su intimidad así como de sus preferencias sexuales. Aclara que en otra conversación de trabajo en la que Montserrat no entraba en razón, le dijo que no fuera tan dominante, a lo que ella respondió que le iba el tema de la dominación, pero que no le diría si era dominante o sumisa. Como el tono de la conversación era informal el editor lo interpretó como una broma, así que bromeó el también añadiendo: "Pues yo soy dominante solo en el trabajo, en casa soy sumiso".

Parece evidente el sentido jocoso de la frase, que da a entender que es quien manda en su empresa y que en su casa es su esposa la que manda y que para nada tiene connotaciones sexuales, sin embargo, la señora Montserrat, en un nuevo alarde de retorcida maldad, ha utilizado, también en otras ocasiones, este otro episodio para vejar públicamente al editor, D. José Antonio Alías y a su esposa Dña. Natália Viñas.

El editor nos aclara que contrariamente a lo que la señora Montserrat afirma, si hay fotos de éste y otros eventos de sus autores, pero que la feria a la que se refiere esta señora se produjo entre los meses de Noviembre y Diciembre de 2015 y evidentemente ha llovido mucho desde entonces. Son muchas cosas las que se han publicado después, y añade que esas fotos están en el extenso album de fotos en Facebook de la editorial o en la página de autor del escritor al que se hace referencia y a disposición de quien quiera verlas: https://www.amazon.com/Marcelo-Roberto-Galán-Capel/e/B00OETX9QA

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